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Reseña de Todo empieza con la sangre de Aixa de la Cruz.

02/06/2025
portada de la novela de Aixa de la Cruz, Todo empieza con la sangre. En la que tras un fondo negro se ve a un hombre y una mujer besándose.
Portada de la novela de Aixa de la Cruz "Todo empieza en la sangre" en la que sobre un fondo negro se ve a un hombre y una mujer besándose.
  • Título: Todo empieza con la sangre
  • Autora: Aixa de la Cruz
  • Año de publicación: 2025
  • Editorial: Alfaguara
  • Páginas: 224
Índice

    Instrucciones para leer Todo empieza con la sangre de Aixa de la cruz.

    • Lee desde la herida, no desde la cabeza. La lucidez vendrá después. O no. Esta historia entra mejor por donde arde.
    • Vacía los bolsillos de certezas. Aquí nada es fijo, ni el amor, ni la culpa, ni el cuerpo que crees habitar. Si traes ideas hechas, déjalas en la puerta.
    • No subrayes la belleza. Deja que se te clave. Hay frases que no quieren ser citas, quieren ser cicatriz.
    • Presta atención a las grietas. Lo importante está en lo que se rompe sin estruendo. En lo que se derrumba en silencio mientras todo parece seguir igual.
    • Siente el lenguaje como carne. Esta prosa no adorna, sangra, late, a veces respira contigo y a veces contra ti.
    • No busques una historia, busca una verdad. Tal vez no haya trama, pero hay una intensidad que empuja como fiebre.
    • Aguanta la incomodidad. Lo que te revuelve también te revela. No huyas. No digas «esto no me pasa a mí». Míralo de frente.
    • Cierra el libro si hace falta, pero vuelve. Este no es un texto para consumir de una sentada. Es un cuerpo que se ofrece, y que exige respeto.
    • Reconoce tus fantasmas. Puede que no te llames Violeta, pero sabes lo que es el vacío, lo que es no saber cómo amar sin perderse.
    • Cuando termines, escribe algo. No para contar lo que leíste, sino para responderle. Porque
      Todo empieza con la sangre, sí. Pero no termina ahí.

    ¿De qué va todo esto?

    Ahora bien, quizá estés pensando: todo esto suena muy intenso, pero ¿de qué va realmente esta novela? Y es una buena pregunta, aunque no tan fácil de responder como parece. Porque Todo empieza con la sangre no se deja resumir sin perder algo por el camino. No es una historia de esas que se cuentan en tres líneas, con un principio claro y un final cerrado. Es más bien un recorrido emocional, una espiral hecha de recuerdos, vínculos y heridas que no terminan de cicatrizan del todo.

    Aun así, voy a intentarlo. Porque aunque esta novela no se deja atrapar del todo en una sinopsis, hay hilos que conviene nombrar. Nombres, escenas, decisiones que ayudan a entender por dónde camina Violeta, su protagonista, y por qué ese camino nos interpela tanto.

    Sinopsis

    A través de una estructura fragmentaria y saltos temporales, Todo empieza con la sangre nos sumerge en la vida de Violeta, una mujer marcada por la sensación persistente de vacío y la búsqueda constante de sentido. Desde sus años de adolescencia, cuando experimenta un pacto de sangre que no termina como esperaba, hasta su adultez, en la que transita relaciones afectivas complejas, adicciones, y momentos de aislamiento, la novela despliega una historia profundamente introspectiva y emocional.

    Violeta comparte su vida con Salma, su pareja actual, una mujer independiente y autosuficiente, lo que contrasta con la necesidad de apego emocional de Violeta. La convivencia revela fisuras, especialmente durante el confinamiento por la pandemia, que expone la fragilidad del vínculo entre ambas. Al mismo tiempo, el relato reconstruye el recuerdo de Paul, una figura clave en su pasado, cuya presencia sigue influyendo en sus emociones, decisiones y vínculos posteriores.

    Mientras explora su sexualidad y atraviesa diversas relaciones, Violeta se enfrenta también al deterioro de su padre enfermo, lo que abre nuevas heridas relacionadas con la falta de afecto y validación en su infancia. Esta carencia parece alimentar su necesidad de ser amada, de no estar sola, de encontrar refugio en otro cuerpo o en una historia que le dé sentido.

    En un giro inesperado, decide ingresar como externa en un convento, en un intento por reconciliarse con el silencio, con su propia compañía, y quizá con algo más grande que ella misma. Allí, entre lecturas sagradas, labores domésticas y el diálogo con las monjas, se abre una nueva etapa de introspección. Pero ni siquiera este retiro espiritual escapa a la inquietud interior que atraviesa toda su existencia.

    Todo empieza con la sangre traza así el mapa de una vida atravesada por la búsqued del amor, del sentido, de un lugar en el mundo, de una forma de estar en paz con una misma. Una historia de profundidades íntimas, en la que los vínculos y el deseo se fusionan con la necesidad de encontrarse, o al menos, dejar de huir.

    Estilo

    Aixa de la Cruz nos ofrece en Todo empieza con la sangre una prosa cuidadosamente elaborada, introspectiva y profundamente lírica. Su lenguaje oscila entre lo poético y lo descarnado, con momentos de ingenio punzante y una muy lucidez afilada. La escritura es culta, precisa y humana, cargada de imágenes con una gran fuerza emocional y conceptual. Aixa no pretende adornar, ya que cada palabra parece medida para rasgar, para revelar de forma profunda pensamiento y emoción. La estructura fragmentaria y el uso de los saltos temporales permiten que el tiempo actúe como herida y como memoria. La novela se sostiene en una voz madura, que no teme al silencio ni a la duda, y que se atreve a acercarse al ensayo desde la ficción, sin dejar de ser muy narrativa.

    A través de esta escritura densa y vital, Aixa de la Cruz convierte temas como el amor, la espiritualidad, el deseo, la inadaptación y la culpa en campos de exploración íntima y social. Leerla es adentrarse en un terreno donde el análisis emocional se mezcla con una crítica sutil a los modelos afectivos contemporáneos, en un lenguaje que se siente a la vez literario y existencial.

    Personajes

    El eje de la novela es Violeta, una protagonista construida con una sensibilidad aguda y una complejidad emocional que la aleja de todo estereotipo. Desde su adolescencia, vive impulsada por una sensación de carencia, por una búsqueda constante de amor, de pertenencia, de sentido. Sus relaciones amorosas se suceden como intentos de llenar un vacío que parece anterior incluso al deseo.

    Paul representa el vínculo más visceral, el arrebato amoroso que marca y arrastra. Una figura ambivalente que encarna tanto el ideal romántico como su fracaso más profundo. Salma, en contraste, es la promesa de estabilidad, pero también un espejo de las asimetrías afectivas que Violeta arrastra. Y luego están Chiara y Bea, quienes ofrecen una forma de intimidad más libre y reparadora, pero que tampoco logran colmar ese anhelo radical de completud.

    En paralelo, la figura del padre distante y la madre asfixiante crean el mapa emocional que condiciona las elecciones de Violeta. A través de ellos, la novela introduce una dimensión psicoanalítica, la repetición, el trauma, la culpa, y la construcción inconsciente del deseo.

    Opinión

    No lo voy a negar: esta novela me removió. Me incomodó en el mejor sentido posible. Me hizo preguntas que no esperaba, me obligó a mirar zonas que prefiero evitar. Creo que lo más valiente que hace Aixa de la Cruz aquí es no ofrecernos consuelo. Su mirada sobre el amor romántico, sobre las estructuras afectivas que damos por sentadas, es demoledora.

    Me gustó especialmente cómo introduce la espiritualidad sin caer en el cliché ni en la redención fácil. El ingreso de Violeta al convento, lejos de ser una solución, es un nuevo abismo. Y ese abismo me gusto, ya que la fe aparece no como una respuesta, sino como otra forma de preguntar. Todo en esta novela es así: preguntas que se bifurcan, caminos que no garantizan llegada y, en ese caos, encontré una honestidad feroz.

    Conclusión

    Terminé Todo empieza con la sangre con una mezcla de gratitud y desasosiego. Gratitud por haber leído una novela tan necesaria, tan lúcida, tan humana. Desasosiego porque sus preguntas siguen latiendo en mí días después. Sé que voy a volver a ella, quizá para entenderla mejor, o simplemente para sentirme menos sola en algunas dudas.

    Aixa de la Cruz ha escrito una obra incómoda y luminosa, que entiendo no desde el aplauso, sino desde el temblor. Me recordó que el vacío no se llena con frases bonitas ni con promesas románticas, sino con el reconocimiento de que estamos rotos, y que quizá no pasa nada si no llegamos a repararnos del todo.

    NOTA: 4,5/5

    Aixa de la Cruz

    Imagen frontal de la escritora Aixa de Cruz en la que aparece sonriente.

    Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) es una de las autoras más contundentes de su generación. Escritora, dramaturga y doctora en Teoría de la literatura, ha construido una obra que transita el deseo, el trauma, la culpa y los vínculos desde una mirada afilada y profundamente literaria. Fue finalista del Premio Euskadi de Literatura en dos ocasiones, y ganadora del certamen Cosecha Eñe con su cuento Famous Blue Raincoat. Entre sus libros destacan Cambiar de idea, una exploración híbrida entre el ensayo y la autoficción, y Modelos animales, marcado por su estancia en México. Todo empieza con la sangre, confirma su lugar como una de las autoras más potentes e incómodas —en el mejor sentido— del panorama literario actual.

    Aviso

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