

- Título: Los escorpiones
- Autora: Sara Barquinero
- Año de publicación: 2024
- Editorial: Lumen
- Número de páginas: 816
Los escorpiones de Sara Barquinero: ¿Estamos ante la novela del año?
Para muchos, tanto lectores como críticos, Los escorpiones de Sara Barquinero es la novela del año, la obra que todos quieren leer y, por supuesto, sobre la que todos quieren opinar, de hecho, ha sido comparada con obras de algunos pesos pesados como Foster Wallace (que no me gusta mucho) o Roberto Bolaño (que me gusta más). Ahora bien, ¿todo este ruido está realmente justificado?. Pues, si me permiten mi modesta opinión, la de un simple lector mortal que lee novelas, ya sea en el sofá de casa con un café en la mano o en la sala de espera del dentista, pues, no lo veo del todo justificado. Pero, ¿se trata de una buena novela?. Sí, absolutamente, es una obra notable, Sara Barquinero ha creado una novela ambiciosa, de esas que te sumergen completamente en su mundo y no te dejan escapar fácilmente, un proyecto monumental resuelto con auténtica brillantez.
Entonces, ¿cuál es el problema?. Pues bien, tal vez el problema radique en la crítica, esa criatura mítica de dos cabezas que a veces parece más interesada en construir monumentos literarios que en analizar con mesura. Con Sara, me da la impresión de que han decidido colocarla en un pedestal, lo cual, aunque halagador, puede ser una trampa. Crear héroes o villanos es un juego peligroso, y en ambos casos, la presión puede llegar a ser asfixiante. Espero que Sara siga su propio camino como escritora, camino que, por cierto, promete y mucho, (tan solo tiene treinta años) y no se deje moldear por las expectativas de aquellos que quieren etiquetarla antes de tiempo. Pero bueno, basta de rodeos y vamos a zambullirnos en la que muchos consideran la mejor novela del año, aunque… tal vez, no lo sea.
Los escorpiones es una novela dentro de otras novelas, una especie de muñeca rusa literaria compuesta por cinco historias y dos interludios. Como mencioné anteriormente, no creo que merezca todas las alabanza que ha recibido, pero no se puede negar que se trata de un proyecto literario colosal, uno de esos que exigen compromiso tanto del autor como del lector. La estructura de la obra está llevada a cabo con una coherencia que resulta casi hipnótica, te mantiene intrigado, girando las páginas, siempre queriendo saber más.
Además, a lo largo de la obra, la autora trata una serie de temas, digamos que algo delicados, como la depresión, el suicidio, las drogas, la soledad, la inseguridad, la ambición, las redes sociales y, sobre todo, el tema principal de la novela, un extraña conspiración para controlar las mentes de las personas mediante la música y sonidos e inducirlas al suicidio, un fenómeno conocido como anhedonia ¿vaya menú más espectacular, verdad?. No son temas fáciles, pero están tratados con un talento, estilo, profundidad y elegancia, dignos de elogios, al igual que la trama, en la que vamos a sumergirnos a continuación.
Los escorpiones
La historia comienza con una situación tensa, en un zulo oscuro con un hombre y una mujer atados, mientras una tal Michaela D’Alessandro los observa con la frialdad de quien decide entre pollo o pescado para cenar. La escena nos deja con intriga, pero no sabremos nada más de todo esto hasta muy avanzada la novela. Después de este prólogo, llegamos a la primera de las cinco partes que componen la historia principal y es donde conocemos a Sara (no la autora, claro), una joven estudiante de Historia del Arte que, aburrida y algo solitaria, decide probar suerte en una app de citas.
A través de la pantalla conoce a Javier, con quien empieza a conectar sin haberse visto nunca en persona. Cuando finalmente quedan para una cita, Javier no se presenta, y su silencio posterior despierta una gran curiosidad en Sara. Días después, descubre con horror que Javier se ha suicidado, aunque hay algo que no le encaja: ¿por qué planear una cita si ya tenías decidido suicidarte?
Afectada por una extraña mezcla de tristeza y dudas, Sara decide visitar la tumba de Javier, donde encuentra su agenda con la cita que jamás se cumplió, aunque también descubre un nombre desconocido que la lleva a investigar por internet. Lo que descubre resulta aún más inquietante: foros con teorías sobre videojuegos que inducen al suicidio mediante música y sonidos que provocan una apatía mortal, un fenómeno llamado anhedonia.
Como si el enigma no fuera suficiente, Sara conoce a otro hombre, Fabricio, con quien mantiene una relación algo tóxica, casi enfermiza. Finalmente, él le entrega un libro titulado Bajo Astral con una misteriosa carta, diciéndole que podría interesarle. Esta primera parte me ha parecido algo floja narrativamente, y con unos personajes algo planos con los que no he sido capaz de conectar, aunque la trama crea un suspense que nos hace seguir pasando páginas, pero claro, ahora con algo menos de ilusión que al principio… y con alguna que otra duda.
Thomas
En la segunda parte dentro de esta compleja estructura, aparece la magia de Barquinero, con la que logra acallar mis duda y devolverme la ilusión. La narrativa se tensa, se oscurece y se hace más profunda, mientras nos arrastra al mundo de Thomas, un joven desencantado que huye a un pequeño pueblo de la España olvidada con la esperanza de encontrar inspiración para componer la segunda parte de su álbum de música experimental. Pero en lugar de encontrar paz, Thomas se adentra en un mundo de emociones oscuras y autodestructivas.
Para lidiar con algunos problemas emocionales que lo envuelven recurre a las drogas, peor el remedio que la enfermedad. Aunque la cosa empeora cuando traba amistad con una camarera del pueblo, una curiosa relación que parece inofensiva al principio, pero que pronto se torna siniestra cuando juntos deciden experimentar con música y sonidos binaurales para relajarse y abrir sus mentes, con unos resultados que serán de todo menos relajantes. De hecho, lo que comienza como un intento de evasión, se convierte en una experiencia aterradora que cambiará la vida de Thomas para siempre.
Esta parte me ha parecido muy interesante, me ha generado inquietud desde el inicio, la atmósfera opresiva se cuela en cada rincón del relato, y en comparación con la primera parte, el estilo se vuelve más afilado, más profundo, con una cadencia narrativa que late al compás de los propios demonios del protagonista, con un equilibrio perfecto entre un ritmo acelerado y momentos de profunda introspección. Esta parte también me ha dejado la sensación de que tanto los personajes como la ambientación han sido concebidos por Barquinero para que el lector perciba en cada momento una tensión creciente, una sensación que se va tornando más oscura a medida que avanza el relato, sabes que algo terrible está a punto de suceder, y al final…
Bajo Astral
Aquí Sara Barquinero sube su apuesta y nos ofrece la que para mi es la mejor parte del libro, bueno, no se trata de una simple parte más, es un auténtico libro dentro del libro: Bajo Astral. Barquinero cambia radicalmente tanto de registro como de escenario y nos transporta a una Italia de los años 20, preñada de tensión y al borde del abismo fascista, con Mussolini afilando sus cuchillos en la sombra. ¿El tema central?. Una especie de secta perteneciente a la alta sociedad que celebran unas demenciales fiestas en las que experimentan con crear una música capaz de controlar mentes, la anhedonia con la que se habían topado Sara y Thomas.
En esta sección, nos encontramos con el diario de una dama de la alta sociedad, una mujer cuya vida se encuentra envuelta en una maraña de celos, infidelidades y dramas sociales dignos de un culebrón de época. Pero lo que realmente sobresale aquí son las fiestas de la alta sociedad: encuentros que te dejan boquiabierto por su mezcla de lujo, perversión y caos, donde las drogas corren como el vino, las orgías son el plato principal, y la experimentación con música es la guinda en este pastel de demencia.
Me ha gustado mucho cómo Barquinero consigue que, a pesar de este cambio de tono tan radical, la novela no pierda su rumbo, al contrario, se siente como si estuviéramos descendiendo a un nivel más profundo de este laberinto literario, donde la atmósfera se vuelve más densa y sofocante. Es una jugada brillante, un cambio de registro que no solo funciona, sino que eleva la obra a nuevas alturas y nos permite conocer sobre los inicios de la conspiración a la que se enfrentarán Sara y Thomas.
Encaramos el final de Los escorpiones
A partir de aquí, en mi opinión, el ritmo de crucero que había logrado Sara en las dos parte anteriores se ve reducido. No bruscamente porque aún queda mucho por desvelar y la autora sabe mantener bien la intriga, además, conoceremos otras historias y otros personajes, como Manuel, un chico de doce años al que la vida no le ha dado precisamente limones para hacer limonada. Su padre, con un evidente problema con el alcohol, decide regalarle un ordenador, un regalo que se convierte en un punto de conflicto en el hogar, ya que la madre de Manuel, que parece ver en la tecnología algo similar a la caja de Pandora, se opone firmemente. Manuel es un chico inseguro, falto de afecto y en busca de atención, y el mundo online le ofrece un refugio, una puerta de escape. Sin embargo, lo que Manuel no sabe es que esa puerta lo conectará con la siniestra trama central de la novela.
Pero es en la siguiente trama donde Barquinero realmente nos conduce hacia un túnel oscuro y algo estrecho. Nos trasladamos a la Nueva Orleans de finales de los años 70, un escenario que parece sacado de una película clásica, con su aire de misterio, jazz y noches de neones. Un estudiante universitario, llamado Martin, con la vida aparentemente normal de un joven de su edad, se ve envuelto en una historia de amor que bien podría pertenecer a una película de sobremesa, una relación aparentemente inocente con una camarera que termina trabajando en un turbio e inquietante club de la ciudad. El dueño de este club, continúa con la experimentación con la música como herramienta de control mental, haciendo que sus empleadas sufran en su carnes tan demencial proyecto. De este modo, Martin entra en contacto con la trama de la novela y nos revela mucho acerca de ella.
Finalmente, llegamos a la última parte del libro, donde los caminos de Sara y Thomas, que hasta ahora habían sido paralelos, se cruzan y se entrelazan de forma definitiva en su interés en desentrañar la conspiración detrás de la temida anhedonia, embarcándose en una peligrosa misión que los conducirá hasta el corazón de Nueva York. Tras unirse a un grupo de teóricos de la conspiración y entre rascacielos, grandes corporaciones y exclusivos clubes de élite, los dos protagonistas se sumergen en un mundo donde los negocios oscuros y los asuntos turbios están a la orden del día, con un único objetivo común: detener a quienes están detrás de esta macabra manipulación.
Esta parte del libro se presenta como un thriller trepidante, lleno de intriga y tensión, sin embargo, aunque la idea es poderosa, la ejecución deja algo que desear, el ritmo, que había sido tan ágil en otras partes de la novela, aquí parece flaquear un poco, como si la historia tropezara justo antes de la meta. El desenlace, aunque satisfactorio, en cierta medida no alcanza las alturas de las expectativas generadas, dejando una sensación de que, aunque el viaje fue emocionante, la llegada podría haber sido algo más impactante.
Opinión
Bueno, hemos llegado al final de «Los escorpiones» y no puedo evitar sentir que me han llevado en un viaje lleno de curvas, con subidas emocionantes y alguna que otra bajada que me ha dejado algo mareado. Sara Barquinero, ¡vaya talento tiene esta mujer!. Pero también, tengo que ser honesto: a veces me ha hecho querer lanzar el libro por la ventana, solo para volver a recogerlo con la esperanza de que esta vez la cosa fuera a mejor.
Estructura
Empecemos por la estructura. ¿Cinco novelas dentro de una que después encajan? ¿Interludios?, pues oye, en su mayor parte, funciona bastante bien. La novela es un juego de matrioskas, donde cada historia encaja con la trama principal, a pesar de ser historias muy distintas entre ellas, con distintos personajes, lugares e incluso épocas, y de alguna manera (talento), consigue que no desmorone. Ahora, ¿es esto lo que hace que sea «la novela del año»? No estoy tan seguro, esta estructura es muy poderosa y llamativa, pero no es suficiente, ya que por momentos la narrativa pierde fuerza, como si la complejidad de la construcción estuviera restando atención al desarrollo natural de los personajes y a la profundidad emocional de la historia.
No basta con una estructura ambiciosa, se necesita una narrativa que esté a la altura, y en este caso, ese equilibrio no se logra del todo. Pero ojo, desde mi punto de vista no se logra para que la novela sea considerada como la mejor del año. En cambio, sí que lo consigue si solo tenemos en cuenta que se trata de una gran novela, como tantas otras que se publican al cabo del año, que es mucho más de lo que se puede decir de la mayoría. En cuanto a los personajes, a lo largo de la obra aparecen bastantes, aunque, a pesar de la extensión de la novela, no resultan excesivos y están perfectamente elaborados y perfilados, tanto que en ningún momento te pierdes, olvidas o confundes a un personaje con otro, mérito de la autora, que, de este modo, demuestra una gran habilidad para crear personajes y dotarlos de una personalidad perfectamente reconocible.
Temas
Hablemos de los temas, por aquí es donde Barquinero se gana un gran aplauso. Depresión, dorgas, suicidio, soledad, la influencia de las redes sociales, control mental a través de la música… Un auténtico y muy elaborado buffet de tragedias y conspiraciones modernas, pero presentado con una delicadeza y profundidad que me hizo pensar que estaba leyendo algo importante, algo relevante. La autora no solo expone estos temas, sino que profundiza en ellos, fusionándolos ingeniosamente con la trama principal, y lo hace, por momentos, con una prosa tan evocadora como perturbadora. El tema del fenómeno de la anhedonia y la conspiración con la música es de los que te dejan con la boca abierta, de hecho, creo que voy a revisar todas mis playlist.
Cambios de registro
Algo que me ha sorprendido muy gratamente, ha sido cómo la autora cambia de registro de un plumazo, y no solo no se pierde en el intento, sino que logra meterte de lleno en un nuevo mundo con nuevos personajes. La sección en la Italia pre-fascista es sencillamente brillante, con su ambiente turbio, decadente, con esas fiestas que parecen sacadas de una pesadilla de Fellini… es un giro radical que, en lugar de romper la novela, la eleva. De repente, me sentía como si estuviera viendo una siniestra película en blanco y negro con una copa de vino en la mano, disfrutando del caos que se desarrollaba ante mis ojos.
Tramo final
Pero, ¡ah, las bajadas! Porque no todo es una maravilla. Hacia el final, la novela pierde un poco el empuje que había ganado, y es como si estuviera subiendo una cuesta con una bicicleta sin marchas. Empiezas a notar que algunas partes se vuelven densas, como si se hubieran pasado con el pegamento. Los personajes nuevos y sus historias son interesantes, pero todo empieza a sentirse como si Barquinero hubiera tenido que meter a todo el mundo en la fiesta y ya no hubiera espacio en la pista de baile. El estilo narrativo sufre altibajos, y en ciertas secciones se vuelve algo plano, perdiendo la chispa que inicialmente me atrapó, aunque esta chispa, no llega desaparecer del todo gracias a lo interesante de la trama. Sin embargo, en este último tramo, también hay momentos de brillantez narrativa, algo que me parece un reflejo de toda la obra: una trama muy interesante y bien elaborada, pero con altibajos narrativos.
Conclusión
Así que, ¿es «Los escorpiones» la mejor novela del año? Depende de lo que estés buscando. Como he dicho en varias ocasiones, se trata de una obra muy ambiciosa, llena de ideas brillantes y momentos de verdadera grandeza, pero también es una atracción que puede dejarte algo mareado. Sara Barquinero es, sin duda alguna, una escritora brillante y con un futuro muy prometedor, y en esta novela lo demuestra, aunque también, me da la impresión que está en ese punto en el que todavía se encuentra buscando su equilibrio perfecto.
Si decides leerla, mi consejo es que lo hagas sin expectativas fijas, con la mente abierta a las sorpresas buenas y malas que te esperan. «Los escorpiones» es un libro que te hace pensar, que te desafía, pero que también puede hacerte desear que la próxima vez Sara tome un camino un poco más directo. En cualquier caso, estoy seguro de que seguiremos hablando de esta novela por mucho tiempo, tanto por lo que logra, como por lo que se queda a medio camino. Y oye, eso ya es muchos más de lo que se puede decir de la mayoría de libros.
NOTA: 4,1/5
Sara Barquinero
Sara Barquinero nacida en Zaragoza en 1994 es una filósofa, escritora y artista multidisciplinaria española que ha logrado destacar en diversos campos de la creación literaria. Ha incursionado en la poesía, el teatro y la narrativa, con obras como Terminal (2020) y Estaré sola y sin fiesta (2021). Pero sobre todo, ha logrado un gran prestigio en el panorama narrativo contemporáneo por la obra que acabamos de analizar, Los escorpiones (2024), con la que ha dejado bien claro que se trata de una de las autoras con más futuro de la actualidad. Además de su faceta literaria, Barquinero ha explorado el activismo artístico con proyectos como Siebaruaq, donde combina fanzines, caligramas y objetos literarios, utilizando el arte como una herramienta para visibilizar problemáticas sociales contemporáneas.
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