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Reseña de Deus Ex de Ferdia Lennon, un debut arrollador

01/12/2024
portada de la novela de Ferdia Lennon Deus Ex, en la que se ve una máscara utilizada en las obras de teatro griego con los ojos muy saltones
  • Título: Deus Ex
  • Autor: Ferdia Lennon
  • Año de publicación: 2024
  • Editorial: Impedimenta
  • Páginas: 288

Ferdia Lennon se presenta con Deus Ex, una de las revelaciones del año

De vez en cuando, aparece una novela que te desarma por completo y eso es exactamente lo que me ha sucedido con Deus Ex, el debut literario de Ferdia Lennon, que se ha ganado un lugar entre las novelas que más me han gustado y sorprendido este año. Con una mezcla impecable de humor negro, crítica social y tragedia, Lennon nos transporta a la Sicilia del siglo V a.C. para ofrecernos una historia tan absurda como profundamente humana, con un estilo narrativo que rebosa frescura y una asombrosa capacidad para mezclar ligereza y densidad. Si con su primera obra Ferdia Lennon ha logrado una auténtica genialidad, no puedo ni imaginar lo que nos deparará en el futuro.

Índice

    Sinopsis

    En el año 412 a.C., en plena Guerra del Peloponeso, Siracusa ha derrotado a los atenienses, capturando a cientos de soldados que ahora languidecen como esclavos en una cantera convertida en una prisión al aire libre. Es aquí donde comienza la historia de Deus Ex, una genialidad que transita entre el humor negro, la tragedia y la crítica social.

    Lampo y Gelon, dos alfareros siracusanos que sean han quedado sin trabajo tras el cierre de su fábrica, ociosos como se encuentran y algo faltos de valores, deciden visitar la cantera con un propósito poco común: ofrecer agua y alimentos a los prisioneros a cambio de que reciten versos de Eurípides. La desesperación de los prisioneros por un pedazo de queso o un poco de agua conduce a situaciones tan duras y grotescas como hilarantes, mientras intentan recordar, entre la miseria, fragmentos de tragedias griegas.

    La experiencia en la cantera despierta en Gelon, un apasionado del teatro clásico, la ambición de dirigir una obra con los propios prisioneros como actores. Con Medea como pieza elegida, Gelon empieza a planificar todos y cada uno de los detalles de la producción, desde el guion hasta el atrezo, arrastrando a Lampo hacia su loco sueño. A pesar de las condiciones inhumanas y la crueldad inherente al contexto, los prisioneros encuentran en este insano proyecto una razón para resistir.

    Para financiar la producción y satisfacer los precios impuestos por los comerciantes, Gelon y Lampo se verán obligados a recurrir a métodos poco éticos, que en algunos casos, oscilan entre lo bizarro y lo cómico. A pesar de todo, consiguen los materiales necesarios y empiezan organizan ensayos con los prisioneros, quienes, aunque agotados y hambrientos, se entregan con fervor a la representación de la tragedia.

    Mientras Gelon se obsesiona cada vez más con el teatro, Lampo vive su propio conflicto personal al enamorarse de Lira, una esclava lidia cuya libertad resulta tan inalcanzable como el dinero que necesitaría para comprarla. Esta relación saca a la luz las desigualdades sociales y la deshumanización que sufren tanto los prisioneros como las mujeres de la época, temas que la novela no evita abordar con crudeza y, a veces, con ácida ironía.

    Cuando finalmente llega el día de la función, la obra logra reunir a siracusanos y prisioneros en un mismo espacio, enemigos irreconciliables unidos momentáneamente por el poder del arte. Sin embargo, en pleno clímax de la representación, un giro abrupto y brutal rompe la frágil tregua, devolviendo a todos a la cruda realidad de la guerra y sus horrores.

    Este evento hará que Gelon y Lampo se replanteen sus propias creencias y prioridades. Gelon, antes un soñador enfocado únicamente en el teatro, y Lampo, un pícaro de pocos principios, encuentran un propósito común: ayudar a los prisioneros atenienses. Este acto, tan peligroso como desinteresado, marca un cambio radical en ambos personajes, cuyo arco de transformación refleja el contraste entre la brutalidad del mundo que los rodea y los destellos de humanidad que logran encontrar en medio de la tragedia.

    En un clímax final que mezcla tragedia y esperanza, los destinos de Lampo y su amor por Lira y el audaz plan ideado para ayudar a los atenienses culminan de una forma tan impredecible como conmovedora. Lampo y Gelon, impulsados a lograr lo imposible deciden arriesgarlo todo por un acto de humanidad, dejando atrás su indiferencia ante todo y abrazando una nueva visión, la certeza de que cambiar a uno mismo es el primer paso para cambiar el mundo.

    Estilo y opinión

    En Deus Ex, Ferdia Lennon nos brinda un debut literario brutal en el que demuestra un gran dominio a la hora de fusionar historia, humor y crítica social en un relato plagado de ingenio y humanidad. También se mueve hábilmente entre tonos, con un humor negro que no teme tocar lo más grotesco, y una aguda crítica social que señala tanto la deshumanización hacia los esclavos y las mujeres como la hipocresía de una sociedad que glorifica el arte mientras pisotea al artista.

    Narrada por Lampo, con un resultado a ratos divertido y a ratos desgarrador, pero siempre con una intensidad que te envuelva y de la que no resulta sencillo escapar, gracias a un estilo fresco y chispeante, cuidado hasta el último detalle y con el que el autor logra un equilibrio perfecto entre lo accesible y lo sofisticado. Con su pizca justa de tragedia, sus ingeniosas frases, muchas de ellas cargadas de un acertado lirismo, sus momentos que incitan a la reflexión y su buena dosis de humor negro insolente, por momentos, esta obra me recordaba al mejor Eduardo Mendoza, aunque con un estilo más ácido, crítico y profundo.

    Me ha gustado también como Ferdia Lennon nos zarandea entre registros, en un momento estás en un diálogo ágil lleno de ingenio y picardía y al siguiente estás en una descripción pausada y casi poética de la miseria de los prisioneros en la cantera. Sin embargo, no se trata de un contraste que se sienta abrupto, más bien enriquece la lectura, hace que disfrutes de ella mientra te ríes y sientes cierta vergüenza por lo absurdo y trágico de algunos nuestros actos en común.

    No hay relleno ni florituras ni adornos que entorpezcan el ritmo, cada palabra tiene una función y cada escena una razón, como en un buen montaje teatral. En resumidas cuentas, funcionan todos los engranajes del estilo narrativo, que es a la vez directo pero sofisticado, cómico pero profundamente reflexivo y ligero pero cargado de peso emocional. El autor nos invita al teatro más humilde, para representar la obra más grande.

    Personajes

    Los personajes de esta novela resultan tan interesantes como complejos, contradictorios y profundamente humanos (en el sentido más amplio y menos obvio de la palabra). Empecemos por los protagonistas, Lampo y Gelon, que parecen una improbable mezcla entre Don Quijote e Ignatius J. Reilly, como si ambos se hubieran trasladado a la Sicilia antigua para protagonizar una comedia amarga, aunque intercambiándose los papeles entre sí. En ellos encontramos la obstinación quijotesca junto a la torpeza y las ideas descabelladas de Ignatius. Lampo, comienza como un hombre endurecido por las circunstancias, alguien que parece aceptar la vida como un juego cruel al que se juega perdiendo siempre, aunque el amor y la indignación le harán evolucionar hasta que salga a relucir su lado más humano, comprensivo y respetuoso.

    Gelon, por su parte, es puro fuego y obstinación, un personaje lleno de matices y, aunque al principio parece un idealista perdido, poco a poco muestra que su afición por el teatro no es solo un capricho, sino una pasión y la fuerza que necesita para abrir lo ojos y ver claramente todo aquello que le rodea. Lira, la esclava de la que se enamora Lambo, es otro personaje muy interesante. Educada y culta, posee una dignidad que ni la esclavitud consigue apagar. No se trata tan solo del interés amoroso de turno, ya que terminará por ser la fuerza transformadora que necesitaba Lambo.

    Y luego están los esclavos. Sería fácil reducirlos a figuras de fondo, pero aquí poseen una marcada presencia, en especial uno: Paches, quien brilla tanto por su ironía como por su capacidad de resistir. No hay personaje que pase desapercibido, y eso es algo que se siente. Cada uno aporta algo único, como piezas de un rompecabezas que, al unirse, forman una potente imagen de personas que luchan, sufren, hacen sufrir, aman y, sobre todo, cambian.

    ¿Dónde queda nuestra humanidad?

    Si algo me ha quedado claro después de leer Deus Ex es que la humanidad no se mide tan solo por nuestros grandes ideales, sino por cómo tratamos a quienes tienen menos que nosotros. Gelon y Lampo no empiezan esta historia como héroes ni mucho menos, ya que sus primeras visitas a la cantera no son un acto de compasión, sino una macabra forma de entretenerse. Quieren versos de Eurípides y ofrecen agua y comida, utilizando el sufrimiento de los prisioneros como una moneda de cambio para sus propias obsesiones y caprichos.

    Aunque entre esa indiferencia inicial empieza, poco a poco, a colarse algo distinto. Entre tragedias griegas y esclavos hambrientos, los personajes (y con ellos los lectores) empezamos a cuestionarnos que estamos haciendo, ¿cómo hemos llegado a un punto en el que podemos pisotear a otros y llamarlo normalidad? Gelon y Lampo, con todas sus torpezas y contradicciones, representan esa lucha interna entre la apatía y el deseo de hacer algo mejor, aunque no tengan ni la menor idea de cómo hacerlo.

    Ambos terminan por darse cuenta de que, a pesar de vivir rodeados de brutalidad, también pueden elegir ser humanos, y lo hacen tras lo acontecido durante la obra de teatro que, por momentos, unió a enemigos irreconciliables pero, que terminó en caos, como si Lennon nos advirtiera que aunque sea de forma accidental, el arte puede unirnos momentáneamente, pero no puede hacerlo todo, el verdadero cambio empieza cuando dejamos de justificar lo injustificable y nos atrevemos a actuar, por muy absurdo que parezca.

    Y así termina la función

    Deus Ex me ha hecho reír, me ha hecho reflexionar y, en más de una ocasión, ha estado a punto de arrancarme alguna lagrimita. Con un debut tan sorprendente como atrevido, Ferdia Lennon nos entrega una historia que es incómoda y fascinante a partes iguales, y absurda, a la vez que profundamente humana, y en la que no hay ni respuestas sencillas ni finales bonitos envueltos con un lacito.

    ¿Recomendaría esta obra? Por supuesto, sin la más mínima duda, de hecho, junto a una reseña que estoy preparando, es de lo mejor que he leído este año. Como cualquier buen espectáculo, te exige que estés presente, que sientas y que reflexiones mientras te zarandea un poco (o mucho).

    Pero más allá de la risa, las lágrimas o las reflexiones, lo que esta novela deja es huella y una sensación de haber asistido a algo grande, incómodo y necesario. Ferdia Lennon ha conseguido con su debut lo que muchos autores persiguen durante toda su carrera: ofrecernos una historia que no solo se lee, sino que se queda con nosotros. Y eso, amigos, es arte y literatura de la buena.

    NOTA:4,5/5

    Ferdia Lennon

    Ferdia Lennon, escritor dublinés con raíces irlandesas y libias, es una de las voces más prometedoras de la narrativa contemporánea. Estudió Historia y Clásicas en la UCD (University College Dublin) y en la Universidad de Ámsterdam, para luego especializarse en Ficción en Prosa con un máster en la prestigiosa Universidad de East Anglia. Antes de debutar en el mundo de la novela, ya había cosechado reconocimiento con sus relatos, algunos de los cuales han sido galardonados.

    Tras pasar varios años en París, donde ejerció como profesor en la Universidad de París-Est Créteil (UPEC), Lennon se instaló en Norwich, donde vive actualmente con su mujer y su hijo. Deus Ex marca su debut en la novela, una obra que confirma un talento tan inmenso como precoz y lo convierte en un escritor muy a seguir en la narrativa contemporánea.

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