Saltar al contenido

Futuros narrativos, las tramas del futuro

27/10/2024
un hombre sentado en una silla en una habitación con muchos libros que proyectan holográfias
Índice

    ¿Qué historias nos deparará el futuro?

    Cuando pienso en las posibles tramas del futuro, me viene a la cabeza un español que, muchos años antes de que Blade Runner nos hiciera reflexionar sobre si los androides sueñan con ovejas eléctricas, ya estaba soñando con máquinas del tiempo. Corría el siglo XIX, y Enrique Gaspar y Rimbau, un tipo con una imaginación a raudales, escribía El Anacronópete, considerada como una de las primeras novelas de ciencia ficción de la historia, ¡y publicada unos cuantos años antes de que H.G. Wells nos fascinara con La máquina del tiempo!. Las ideas del futuro, como ves, a menudo empiezan con mentes que se atreven a imaginar aquello que parece imposible, y si alguien fue capaz de anticipar los viajes temporales antes de que se convirtieran en tendencia literaria, ¿por qué no podemos nosotros soñar con las tramas que, tal vez, el día de mañana serán las favoritas del gran público?

    Me he puesto a pensar (demasiado, si tenemos en cuenta que no se me da muy bien) en cómo los conflictos, las obsesiones y hasta los dramas más cotidianos que vivimos hoy se podrían acabar convirtiendo en el material de las mejores novelas del futuro, obras que, dentro de 50 años, los críticos llamarán «visionarias», mientras que los lectores como tú y como yo diremos «¡pero si esto ya lo veíamos venir!».

    El cambio climático, los avances tecnológicos que van más rápido que las actualizaciones del móvil, los conflictos políticos que parecen sacados de distopias en algunos casos y de novelas de espionaje en otros… Todo está ahí, esperando para ser convertido en nuevas historias que nos deleiten y nos hagan pensar, ya que si algo tiene la literatura, es una gran capacidad de anticipar lo que viene.

    Y no solo estoy hablando de ciencia ficción, por ejemplo, en la novela negra los detectives del futuro ya no buscarían asesinos, sino hackers capaces de manipular la realidad virtual o alterar los recuerdos digitales de las personas. El futuro está cargado de historias esperando ser contadas, algunas parecerán locuras hoy, pero como Gaspar y su Anacronópete, lo que parece extraño un día se puede convertir en clásico al siguiente, al fin y al cabo, el futuro nunca ha sido un lugar para los cuerdos.

    En este artículo, voy a proponer cómo pueden ser algunas de las tramas del futuro, aunque hoy en día puedan sonar un poco inusuales o futuristas, creo que tienen potencial para convertirse en las historias que lucirán en las estanterías del mañana. Sobre algunas de ellas ya se ha escrito algo, quizás de forma tímida y algo experimental, pero con el tiempo podrían llegar a consolidarse como un género propio. Otras, en cambio, aún esperan a ser imaginadas, aunque tan solo sea cuestión de tiempo que alguien se atreva a explorarlas y, quién sabe, tal vez también se conviertan en una categoría literaria por derecho propio.

    Spoiler: No habrá novelas sobre delfines que dominan el mundo (espero).

    Múltiples existencias virtuales

    Con la tecnología avanzando como si no hubiera un mañana, no es descabellado imaginar que pronto no solo tendremos una versión digitalizada de nuestra mente, sino varias, y todas ocupadas en sus asuntos en otras realidades virtuales paralelas. ¿Quién no ha sentido que ya tiene demasiadas versiones de sí mismo? El «tú» que trabaja, el que mira series en bucle y el que se plantea hacer deporte… algún día que no haga ni frío ni calor. Ahora imagina que todas esas versiones cobran vida por su cuenta, pero en lugar de dejarte en paz, deciden que tú, el «tú original», eres el más aburrido de todos.

    La ficción especulativa lleva tiempo coqueteando con estos temas, pero la avances tecnológicos y las estudios que se están llevando a cabo en la actualidad, nos indican que algo así podría llegar a ser una realidad en el futuro. El fuerte auge de las inteligencias artificiales y la realidad virtual no se trata solo de una novedad tecnológica, puede ser el preludio de tramas que, en unos años, podrían llegar a ser tan comunes como las historias de detectives o las novelas históricas. Tal vez dentro de poco, no solo leeremos sobre realidades paralelas, sino que nos encontraremos en esas realidades discutiendo con nuestros «otros yo» digitales sobre quién se queda con el mando de la tele. Vamos a ver cómo podría ser una posible trama.

    POSIBLE SINOPSIS: En un futuro donde las mentes humanas viven desdobladas en incontables simulaciones virtuales, algunas de las infinitas copias digitales de millones de usuarios, deciden que ya está bien de ser la versión que se queda atrapada en el tráfico mientras sus otras “mejores versiones” viven aventuras épicas. Aunque lo que comienza como una pequeña insurrección entre los distintos yoes, pronto escala a una guerra sin cuartel, en la que cada avatar luchará por reclamar la supremacía de su existencia. Mientras tanto, las corporaciones tecnológicas que controlan esta maraña de realidades se encuentran desesperadas por evitar que el caos traspase al mundo real, dispuestas a sacrificar lo que sea necesario para mantener su monopolio sobre la vida misma. Porque en este nuevo mundo, incluso la rebelión se puede convertir en una forma de negocio.

    una persona mirando una pantalla grande con la cabeza de una persona
    Imagen generada por IA

    Psicoficción de mercado

    ¿Te imaginas poder pillarte en el supermercado un «subidón” de alegría y buen rollo para aguantar esa reunión de trabajo que te tiene al borde del abismo? y no me refiero a comprar una botella de nocivo alcohol. Pues bien, tal vez en un futuro, las emociones podrían dejar de ser esas cosas esquivas que van y vienen sin pedir permiso alguno y pasar a convertirse en simple mercancía, puro producto de consumo. Si tienes dinero, claro, el capitalismo no se iba a quedar sin meter las manos en nuestro corazoncito, ¿verdad?

    ¿Quieres ser valiente para esa presentación? Compras 30 minutos de valor. ¿Tienes una cita y estás de bajón? Te compras una dosis de emoción a la carta. El problema radicaría en que cuando la gente empieza a depender de emociones prestadas, puede acabar enganchada. Imagina a un adicto a la felicidad que no puede permitirse ni una pizca más y se encuentra en plena depresión… o, peor, descubre que su vida ha sido una farsa de sentimientos alquilados.

    Posiblemente esta comercialización generaría una división social aún más absurda, los ricos podrían permitirse tener mejores sentimientos, mientras que los pobres no podrían permitirse emociones agradables o incluso necesarias. Además, la línea entre lo auténtico y lo fabricado empezaría a desdibujarse, y nos plantearía un problema filosófico ¿qué queda de una persona cuando las emociones no son realmente suyas?.

    POSIBLE SINOPSIS: En un tiempo controlado por un mercado de emociones artificiales, las personas ya no viven sus propios sentimientos, sino que los compran y venden como cualquier otro producto. La felicidad tiene un precio, el amor es cuestión de presupuesto, y el miedo… bueno, también se puede rentar para cuando necesitas un poco de adrenalina. Pero cuando un grupo de personas descubre que nunca han experimentado emociones reales, sino que han estado viviendo en una farsa emocional, comienza una lucha por la autenticidad en un mundo donde los sentimientos son la mercancía más valiosa. Ahora, los protagonistas deberán decidir si prefieren una vida de emociones prestadas o arriesgarse a sentir de verdad, aunque duela, se trate de algo socialmente mal visto… e incluso perseguido.

    Punkgenetic

    No sé vosotr@s, pero yo ya tengo bastante con lidiar con mis propios recuerdos como para que ahora vengan los de mis ancestros a darme la lata. Con los estudios y avances que se producen en genética, algo así puede acabar siendo un tema recurrente en las tramas del futuro …y quien sabe, tal vez se trate de algo plausible en la realidad. Imagina que un día someten a alguien a una nueva terapia y descubren que, en lo más profundo de su ADN, se ocultan los recuerdos, los traumas, las alegrías, e incluso un talento oculto para tocar el laúd medieval de su tatarabuelo. Se abriría una puerta fascinante, podríamos»descifrar» no solo quiénes somos, sino también quiénes fueron aquellos que nos trajeron hasta aquí.

    Esto nos colocaría en un territorio completamente nuevo para las tramas literarias. El biopunk, un primo tecnológico del cyberpunk, ya ha empezado a explorar lo que ocurre cuando el cuerpo humano se convierte en el campo de batalla de la ciencia, aunque ahora, el conflicto no solo sería sobre modificar genes o diseñar seres perfectos, sino sobre adentrarnos en la memoria genética, en esos archivos ocultos que tal vez llevamos a cuestas sin saberlo. Quizá descubramos que muchas de las ansiedades modernas son herencia de miedos ancestrales, o que nuestra adicción al café proviene de una larga línea de abuelos que nunca tuvieron suficiente descanso.

    Incluso, una persona podría encontrarse con recuerdos ajenos, que revelen secretos históricos de importancia global, como por ejemplo, alguien que, gracias a este tipo de terapia genética, descubre los planes olvidados de una civilización antigua ocultos en su ADN y que podrían cambiar radicalmente el curso de la historia humana.

    POSIBLE SINOPSIS: Los avances genéticos han avanzado tanto que Luán decide someterse a una terapia de ADN para «traducir» los recuerdos de sus ancestros en experiencias propias. Pero, en lugar de revivir momentos personales, se encuentra habitando la vida de alguien totalmente desconocido, alguien que no parece tener nada que ver con sus antepasados y que tan siquiera parece humano. Estas visiones lo conducen hacia una serie de eventos de un pasado remoto, extraño y confuso, donde sus «recuerdos» parecen conectarse con antiguas criaturas que gobernaron la Tierra mucho antes de la humanidad. Lo que empieza como una indagación en su pasado, se convierte en un misterio en el que deberá descubrir si estos recuerdos han sido implantados para ocultar un terrible secreto sobre el origen de la vida en el planeta… o si, en el fondo de su ADN, guarda una herencia genética más antigua y peligrosa de lo que jamás podría haber imaginado.

    Novela negra en el metaverso

    Con la evolución imparable de las realidades virtuales, es posible que los criminales encuentren nuevos terrenos donde operar. En un futuro cercano, el crimen tal vez no se cometa en callejones oscuros ni en despachos de corruptos, sino en entornos digitales donde las reglas físicas no se aplican. Los detectives del metaverso ya no seguirían huellas o rastros de ADN, ya que aquí, el enigma estaría en las líneas de código y los algoritmos que construyen unas identidades líquidas y maleables.

    Este posible nuevo subgénero, nos introduciría en un mundo donde la verdad sería digital y la justicia, una cuestión de desenmascarar avatares que pueden cambiar de forma en cualquier momento. Los crímenes virtuales podrían tener repercusiones tangibles, reflejándose la muerte en una realidad virtual en cuerpos que colapsan en el mundo físico. Resolver un caso significaría sumergirse en servidores clandestinos, descifrar claves encriptadas y lidiar con delincuentes que son villanos desde sus teclados.

    POSIBLE SINOPSIS: Un detective experto en crímenes virtuales recibe el encargo de resolver un asesinato digital. La víctima, un influyente empresario del metaverso, ha fallecido dentro de una simulación y a su vez, su cuerpo físico también ha colapsado debido al impacto de lo ocurrido en el metaverso. A medida que el detective se adentra en los bajos fondos del ciberespacio, descubre una trama de corrupción y conspiración que amenaza con romper los límites entre lo virtual y lo real. Su única pista: un avatar que cambia de identidad en cada servidor, dejando un rastro de sangre real y digital a su paso.

    un hombre usando una pantalla táctil futurista
    Imagen generada por IA

    Edad media tecnológica

    Nos encontramos en un futuro donde el brillo de las pantallas se han apagado y las ciudades, antes repletas de vida digital, se ven reducidas a simples aldeas. Tras un colapso tecnológico masivo, el mundo retrocede a una especie de feudalismo global, sin internet, sin electricidad estable, y con una serie de mitos sobre un tiempo en el que las máquinas lo hacían absolutamente todo. Sin embargo, bajo los escombros de ese glorioso pasado, aún yacen enterrados artefactos del antiguo mundo, como impresoras 3D, drones militares, y bases de datos olvidadas.

    En este nuevo feudalismo, los verdaderos reyes no serían los que posean más caballos o mejores lanzas y espadas, sino aquellos capaces de descubrir cómo dominar los vestigios tecnológicos que el tiempo ha escondido. Los que lograran activar una impresora 3D, por ejemplo, podrían fabricar armas o herramientas en segundos, ganándose, de este modo, el control de sus pequeños feudos como si fueran magos con poderes sobrenaturales. En lugar de castillos, habría laboratorios subterráneos, y los vasallos no solo trabajarían la tierra, sino que también buscarían entre las ruinas piezas olvidadas que otorgaran más poder para su señor. Esto crearía un duro conflicto entre los que anhelan reconstruir la civilización y los que simplemente quieren dominar el presente utilizando las reliquias del pasado, aunque dicho así suena a algo muy actual.

    POSIBLE SINOPSIS: En este nueva era, las antiguas ciudades tecnológicas se han convertido en mitos para las aldeas feudales que han crecido entre sus ruinas. Tras el colapso, la civilización se reconstruyó en torno a un sistema medieval, donde el poder no lo tienen quienes manejan espadas, sino aquellos que han aprendido a controlar algunas reliquias del pasado, como artefactos olvidados que contienen destellos de conocimiento perdido para una sociedad que solo conoce mitos y leyendas sobre la época de las máquinas.

    En este mundo, Cedric, un joven que ha crecido oyendo historias sobre los artefactos que yacen bajo tierra y de lo que se puede llegar a lograr con ellos, encuentra un extraño dispositivo que emite destellos azules La reliquia no solo le muestra escenas del pasado, sino que proyecta mapas hacia una ciudad enterrada y olvidada. Con un pequeño grupo, emprende una expedición hacia las profundidades de la tierra, en busca de las piezas del conocimiento perdido. Pero en su avance, Cedric comprende que algunos señores feudales ya conocen esta tecnología y la han estado usando en secreto para perpetuar su poder.

    En una carrera contra el tiempo, el grupo deberá decidir si desenterrar estos artefactos para revolucionar su sociedad o destruirlos. En este nuevo mundo donde los rezos y las espadas conviven con hologramas polvorientos y drones que ya nadie sabe cómo manejar, Cedric tendrá que elegir: ¿avanzar hacia un nuevo futuro o dejar el pasado donde acabó por méritos propios?.

    Simbiopunk

    Hoy en día, da la impresión de que nos encontramos en una batalla constante contra la naturaleza. El destrozo por nuestra parte del planeta es respondido por este con olas de calor, tornados, tormentas, erupciones volcánica… y los siempre molestos mosquitos. Pero ¿y si en lugar de luchar contra el planeta, decidiéramos unirnos a él? No estoy hablando de abrazar árboles, sino de algo mucho más radical como fusionarnos con la naturaleza, literalmente.

    El simbiopunk nos propondría algo así como que en un futuro no tan verde, cuando esta especie de guerra que llevamos a cabo con la Tierra ha llegado a su punto álgido, surge un grupo de personas que ha decidido que la mejor forma para salvar al planeta es fusionarse con él ,convertirse en mitad humanos y mitad naturaleza, desarrollando de este modo la habilidad para controlar los elementos, la lluvia, los bosques e incluso las raíces que atraviesan ciudades enteras, con la intención de comprender y ayudar a entenderse a las dos partes. Pero, claro, como todo poder, esto tiene su lado oscuro. ¿Qué pasa cuando un humano empieza a ver la vida desde la perspectiva de un árbol milenario o de un lobo solitario? Las lealtades podrían cambiar y las líneas entre «nosotros» y «ellos» dejar de estar claras para los nuevos humanos fusionados.

    POSIBLE SINOPSIS: El planeta Tierra esta dando sus últimas advertencias a la humanidad, el posible colapso climático empuja a un grupo de científicos y activistas a llevar a cabo una idea revolucionaria: no salvar el planeta desde fuera , sino convirtiéndose en él. A través de una biotecnología avanzada, se han transformado en seres híbridos, con una consciencia que se mueve a través de bosques, mares y montañas, comprendiendo tanto sus necesidades como sus “miedos”. Estos “eco-humanos” han ganado habilidades sobrehumanas para controlar los elementos, moldear los ecosistemas y manipular el mundo natural desde dentro, y con cada conexión, sienten menos lazos con la humanidad y más con los ciclos profundos de la Tierra.

    A medida que se arraigan más en su naturaleza híbrida, empiezan a ver a los humanos comunes como forasteros, hasta que el conflicto estalla y llega la pregunta: ¿Es su misión proteger a la Tierra o liberarla de la especie humana? En medio de esta lucha entre lo humano y lo natural, un joven científico infiltrado en el grupo se da cuenta de que tiene que tomar una decisión que por momentos parece imposible: ayudar a los híbridos a cumplir su misión o encontrar una forma de reconciliar ambos mundos, antes de que todos se conviertan en enemigos del planeta que una vez llamaron hogar.

    Ciencia ficción clásica actualizada

    Escritores como H.G. Wells, Asimov o Clarke nos regalaron mundos de robots, viajes en el tiempo y colonias espaciales, pero, ironías del destino, muchos de sus relatos han quedado algo obsoletos frente a los avances tecnológicos actuales. Muchas de sus visiones que antaño parecían insuperables hoy se ven con la nostalgia de quien contempla una máquina de escribir en la era del chat GPT.

    Así como la ciencia avanza, también lo hace la imaginación humana, y lo que una vez fue revolucionario, ahora puede parecer algo ingenuo. ¿Cómo podríamos modernizar estas obras que definieron un género? No solo sería una cuestión de adaptar la tecnología, sino de replantear las premisas. Tal vez los robots de Asimov ya no necesiten las tres leyes de la robótica, sino un algoritmo ético basado en redes neuronales avanzadas. Quizás los viajes en el tiempo de Wells deberían ajustarse a algunas de las teorías modernas de multiversos y de relatividad cuántica.

    POSIBLE ADAPTACIÓN: En la actualización de La máquina del tiempo, el viajero del tiempo en su exploración del futuro, llega a una época dominada por redes neuronales conscientes, que son gobernadas por un súper ordenador cuántico que, además, controla todas las líneas temporales, castigando cada salto temporal que realiza el viajero, con consecuencias que modifican tanto sus memorias como su propia realidad. El protagonista, deberá averiguar cómo dejar de ser una pieza más en la línea de código de un futuro que ya lo tiene todo calculado.

    Y hasta aquí llega este modesto (aunque honesto) intento de viajar en el tiempo literario y predecir lo impredecible sobre las tramas del futuro. Mientras esperamos que el próximo Enrique Gaspar y Rimbau escriba esa obra que nos vuelva a hacer soñar con mundos imposibles, me voy al supermercado a ver si ya han empezado a vender sentimientos y me compro una dosis de alegría, qué falta me hace con el lunes rondando.

    Por cierto, si alguien se anima a intentar desarrollar alguna de estas tramas, adelante A mi me gustaría, pero no tengo ninguna de las dos “tes”: tiempo y talento, aunque estoy totalmente convencido que muchos de vosotros tenéis al menos una, talento. Así que, tan solo es cuestión de que encontréis tiempo.

    Configurar